La prueba de la fuerza de agarre permite el estudio de la función neuromuscular en roedores mediante de la determinación de la fuerza máxima que puede aplicar el animal. Esta prueba se incluye como prueba estándar en el “Functional Observational Battery (FOB)” para estudios de toxicidad. En este contexto, cambios en la fuerza de agarre se interpreta como evidencia de neurotoxicidad muscular. Esta prueba se considera como una prueba complementaria a la prueba del Rotarod.
La prueba en si misma consiste en lo siguiente: el medidor de fuerza de agarre se pone en posición horizontal y se acerca el animal de la barra/rejilla hasta que este se agarre a ella. Una vez hecho, el experimentador estira el animal hacia atrás hasta que el animal se desprenda de la barra/rejilla. La fuerza máxima aplicada a la barra/rejilla en el instante antes de soltarse queda registrada. Se compara este dato entre los diferentes grupos experimentos con el fin de concluir sobre la función neuromuscular de los sujetos experimentales.
El mayor reto de esta prueba es la gran variabilidad inter-individual en los datos entre los sujetos. En este contexto, es necesario cuidar la habituación/manipulación de los animales y el entrenamiento de los experimentadores.